FOX LLEGA A ELECCION DE SU SUSTITUTO SIN CUMPLIR GRANDES PROMESAS
El presidente de México, Vicente Fox, llega a la elección de su sustituto sin haber cumplido con grandes promesas de solución para temas centrales de la agenda política y económica, aunque se le reconocen importantes avances.
Algunos de los logros han sido reconocidos por la oposición. El candidato a la Presidencia de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Roberto Madrazo prometió continuar la política de vivienda emprendida por Fox por lo exitosa de la misma. El aspirante de centroizquierda, Andrés Manuel López Obrador, anunció que mantendrá el equilibrio macroeconómico logrado.
La cúpula empresarial defiende la estabilidad de la economía, al grado que durante la campaña electoral exigió, en una publicidad, que se mantenga.
El sector empresarial ha subrayado que esa política permitió que la balanza comercial creciera de 326,823 millones de dólares en 2001 a 434,982 millones de dólares en 2005, que el país sea la décima economía a nivel mundial y que los niveles de pobreza extrema hayan pasado de 24% de la población al principio del mandato de Fox a 16% actualmente.
Sin embargo, pese a los esfuerzos en el gobierno de Fox, no se logró, como se había planteado al inicio, un acuerdo migratorio con Estados Unidos para solucionar la migración ilegal de mexicanos a esa nación.
Al principio de su mandato, Fox anunció que en 15 minutos solucionaría el conflicto que mantenía el Estado con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas (EZLN). Sin embargo, el conflicto continúa planteado.
Tampoco se cumplió la promesa de que la economía mexicana crecería a un promedio anual de 7% y que se generarían los empleos que el país necesita crear cada año, ni se alcanzaron una serie de reformas estructurales por falta de acuerdos con el Congreso.
Los datos oficiales señalan que de 2001 a 2005 el alza del producto interno bruto (PIB) fue en promedio de 1,8% y que el número de nuevos trabajos fue menos de la mitad de los 1.200.000 nuevos puestos de trabajo anuales que demanda el crecimiento de la población.
El gobierno creó una fiscalía especial para investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos en el pasado, como había prometido, pero ese organismo terminó su actuación sin lograr que ninguno de los acusados fuera condenado.
La administración de Fox se planteó una política exterior con mayor protagonismo para México y en ese plano logró ser elegido como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La actuación en ese organismo, realizada durante el periodo previo a la invasión de Estados Unidos a Irak, fue exitosa, pero el gobierno fracasó al impulsar como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) al canciller Luis Ernesto Derbez.
México, al aspirar a la dirección de la OEA, no tuvo reparo en tener un fuerte roce con Chile, su mejor socio en América Latina, que finalmente fue superado.
Sumado a ello se dieron una fricción con Argentina, también superada, y un fuerte encontronazo con Venezuela, aún sin solución, por diferencias en torno al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.
La áspera relación con Cuba, país con el que tradicionalmente se habían sostenido relaciones cordiales, también se considera un retroceso para la política exterior mexicana.
Irene Khan, directora de Amnistía Internacional, sostuvo en mayo pasado que el "principal fracaso (de Fox en derechos humanos) fue hacer promesas y no cumplirlas".
Al respecto dijo que la preocupación del organismo tiene que ver con "el fracaso a las reformas propuestas a la constitución y al sistema de justicia".
En materia de medio ambiente, organismos dedicados a su defensa sostienen que durante el gobierno de Fox medio millón de hectáreas anuales fueron desforestadas y que las zonas altamente erosionadas y desérticas llegaron al 47% del territorio mexicano.
NELSON KEIMAN
Algunos de los logros han sido reconocidos por la oposición. El candidato a la Presidencia de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Roberto Madrazo prometió continuar la política de vivienda emprendida por Fox por lo exitosa de la misma. El aspirante de centroizquierda, Andrés Manuel López Obrador, anunció que mantendrá el equilibrio macroeconómico logrado.
La cúpula empresarial defiende la estabilidad de la economía, al grado que durante la campaña electoral exigió, en una publicidad, que se mantenga.
El sector empresarial ha subrayado que esa política permitió que la balanza comercial creciera de 326,823 millones de dólares en 2001 a 434,982 millones de dólares en 2005, que el país sea la décima economía a nivel mundial y que los niveles de pobreza extrema hayan pasado de 24% de la población al principio del mandato de Fox a 16% actualmente.
Sin embargo, pese a los esfuerzos en el gobierno de Fox, no se logró, como se había planteado al inicio, un acuerdo migratorio con Estados Unidos para solucionar la migración ilegal de mexicanos a esa nación.
Al principio de su mandato, Fox anunció que en 15 minutos solucionaría el conflicto que mantenía el Estado con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas (EZLN). Sin embargo, el conflicto continúa planteado.
Tampoco se cumplió la promesa de que la economía mexicana crecería a un promedio anual de 7% y que se generarían los empleos que el país necesita crear cada año, ni se alcanzaron una serie de reformas estructurales por falta de acuerdos con el Congreso.
Los datos oficiales señalan que de 2001 a 2005 el alza del producto interno bruto (PIB) fue en promedio de 1,8% y que el número de nuevos trabajos fue menos de la mitad de los 1.200.000 nuevos puestos de trabajo anuales que demanda el crecimiento de la población.
El gobierno creó una fiscalía especial para investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos en el pasado, como había prometido, pero ese organismo terminó su actuación sin lograr que ninguno de los acusados fuera condenado.
La administración de Fox se planteó una política exterior con mayor protagonismo para México y en ese plano logró ser elegido como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La actuación en ese organismo, realizada durante el periodo previo a la invasión de Estados Unidos a Irak, fue exitosa, pero el gobierno fracasó al impulsar como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) al canciller Luis Ernesto Derbez.
México, al aspirar a la dirección de la OEA, no tuvo reparo en tener un fuerte roce con Chile, su mejor socio en América Latina, que finalmente fue superado.
Sumado a ello se dieron una fricción con Argentina, también superada, y un fuerte encontronazo con Venezuela, aún sin solución, por diferencias en torno al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.
La áspera relación con Cuba, país con el que tradicionalmente se habían sostenido relaciones cordiales, también se considera un retroceso para la política exterior mexicana.
Irene Khan, directora de Amnistía Internacional, sostuvo en mayo pasado que el "principal fracaso (de Fox en derechos humanos) fue hacer promesas y no cumplirlas".
Al respecto dijo que la preocupación del organismo tiene que ver con "el fracaso a las reformas propuestas a la constitución y al sistema de justicia".
En materia de medio ambiente, organismos dedicados a su defensa sostienen que durante el gobierno de Fox medio millón de hectáreas anuales fueron desforestadas y que las zonas altamente erosionadas y desérticas llegaron al 47% del territorio mexicano.
NELSON KEIMAN
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